¿Y la madurez tecnológica cuándo?
[Fotografia de la Generación Beta, Créditos: N.Loza]
He querido auto-piratear(me) el extracto de un trabajo que pronto saldrá publicado. Espero sea de utilidad.
A continuación se recogen las tres preguntas expuestas al inicio de este trabajo, a fin de articular las conclusiones de este documento.
- ¿Cómo afectan las nuevas demandas del mundo del trabajo a las estrategias educativas actuales?
- ¿La incorporación de nuevas tecnologías en los entornos de aprendizaje ha resultado suficiente para preparar mejor a quienes se incorporan al mundo del trabajo?
- ¿La educación está cambiando más allá de la adopción de nuevos dispositivos tecnológicos?
A pesar que la idea de que vivimos en una sociedad basada en el uso intensivo del conocimiento no es nueva, aún queda mucho camino por recorrer. Tanto a nivel nacional como desde una perspectiva regional (en UE e igualmente en Iberoamérica) se requiere de más y mejores esfuerzos para preparar adecuadamente a las generaciones que habrán de atender los desafíos que esboza este nuevo siglo. No cabe duda que la irrupción de las tecnologías digitales ha contribuido a modificar (y en innumerables casos, a mejorar) muchas de las prácticas cotidianas. Sin embargo, la transformación que hoy se necesita no es únicamente de carácter técnico-instrumental, sino que por el contrario, ha de prestar especial atención a la formación constante de especialistas en la generación, administración y exportación del conocimiento.
En esta línea es fundamental lograr articular a los diferentes sectores de la sociedad a fin de consolidar una mirada transversal, holística pero al mismo tiempo representativa de los diferentes intereses y necesidades de cada región. En otras palabras, avanzar hacia un proyecto de sociedad basada en el uso intensivo del conocimiento cuyo principal valor agregado no esté en la calidad de los equipos tecnológicos que se utilicen ni en los índices de ancho de banda per capita, sino que en los planes estratégicos de educación, innovación y renovación del conocimiento.
De este modo, al lograr una adecuada articulación entre diferentes sectores de la sociedad, entonces podremos avanzar hacia modelos de desarrollo e innovación que resulten inclusivos y, al mismo tiempo, intensivos en el uso de conocimiento.
Probablemente, será necesario revisar y apuntalar las estrategias regionales tanto de la UE como de Iberoamérica para mermar las crecientes brechas y desencuentros que se observan entre las políticas de formación de recursos humanos altamente calificados y los sistemas educativos que hoy se cuentan. Por ejemplo, es menester que la innovación no quede únicamente en la etapa de incorporación de nuevas tecnología a las escuelas y universidades, sino que estas estrategias y políticas vengan acompañadas de una verdadera transformación en los esquemas, modelos, ciclos y dinámicas de enseñanza y aprendizaje.
La década que empieza demanda repensar profundamente aquellos sistemas e instituciones educativas que no estén en condiciones de preparar una fuerza laboral capaz de reinventarse (y re-educarse) de manera continua y durante toda la vida. En esta línea, es probable que tras los esfuerzos de equipamiento tecnológico, ahora sea tiempo de prestar atención a aquellas fases de maduración tecnológica que ocurren cuando los dispositivos digitales dejan de ser el elemento diferenciador. Es decir, cuando las TIC se invisibilizan gracias a las etapas de maduración, domesticación, apropiación y de desarrollo de e-competencias. Ello ocurrirá cuando el componente diferenciador no esté en las tecnología per se sino en su uso y aprovechamiento. Es de esperarse, que éste entre otros aspectos esté en las agendas públicas y educativas de aquellos individuos tomadores de decisión que procuren un mejor devenir para la vida en sociedad.
La incorporación de tecnologías digitales en los entornos de aprendizaje ha venido a nutrir de nuevas herramientas, posibilidades y alcances a quienes están interesados en (des)aprender de manera continua. No hay dudas que un uso eficiente, oportuno y estratégicos de las TIC pueden convertirse en un potente insumo pedagógico y de aprendizaje continuo que trasciende de manera significativa los entornos formales de aprendizaje. Sin embargo, sería reduccionista apostar por las tecnologías digitales como la única fuente de aprendizaje. Hoy en día la evolución de las tecnologías dan cuenta de la relevancia del componente social y de la importancia de aprender con y de otros. Por otra parte, tomando en consideración el componente tácito de los procesos de adquisición de saberes, habrá que recuperar (o re-visibilIzar) aquellos espacios de aprendizaje basados en la conversación, la observación, la transferencia uno-a-uno, el aprender en la práctica y en el ensayo-error ya sea en un taller, oficina u otro lugar de interacciones cotidianas. Sin embargo, es oportuno admitir que cada vez más se expanden los contextos digitales de aprendizaje colectivos e individuales, así como las oportunidades que éstos ofrecen.
En relación a si la educación está cambiando más allá de la adopción de nuevas tecnologías, posiblemente la respuesta más fácil a esta pregunta sea simplemente decir que sí. Sin embargo, hay interrogantes latentes.
- ¿Han sido suficientes los cambios?
- ¿Las transformaciones son de forma o fondo?
- ¿Cómo los sistemas educativos atienden a las demandas de una sociedad del conocimiento?
- ¿Cuándo estos cambios se verán reflejados en la incorporación de nuevas formas de enseñanza y (des)aprendizaje?
- ¿Existe el suficiente diálogo entre el mundo del trabajo y el mundo de la educación?
- ¿Sólo se necesitan más y mejores docentes e-competentes?¿Existen alternativas más integrales de transformación educativa que trasciendan la incorporación de nuevos dispositivos digitales?
En fin, aunque no resulta eficiente responder una pregunta con nuevas interrogantes, ello da cuenta de aquellos dimensiones que aún quedan por explorar en futuros trabajos. ¿Comentarios?
2 Comments
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¡Ya estoy deseando que salga tu publicación! Como siempre, lúcido y sugerente. Gracias.
Gracias Roser:
Como siempre un gusto tenerte por aquí
Seguimos, un abrazo
Cristóbal